Tras daros algunos consejos para cómo comprar mi primer coche, lo mejor es conocer cuales son los gastos que hay detrás de un coche, porque no acaban después de pagar por completo el vehículo, hay muchos más. La gente suele olvidarse de este punto a la hora de comprarse un coche u otro, así que vamos a repasar algunos puntos importantes. Los gatos que hay detrás de un coche varían como es lógico según el tamaño del mismo, el motor e incluso según equipamiento.

  • Pagar el coche. Es el primer gasto que vamos a tener. Podemos pagarlo al contado si tenemos el dinero o financiarlo. En el primer caso, el primer gasto relacionado con nuestro coche termina hay mismo, en el segundo caso nos puede durar incluso durante años, siempre dependiendo de las condiciones de la financiación.
  • Seguro obligatorio. Como bien dice al comienzo de esta linea, ‘obligatorio’. No podemos circular sin el seguro mínimo que cubra responsabilidad sobre terceros, que tiene un coste menor que en otros casos pero que no cubre los posibles daños de mi coche. También podemos asegurar el coche a ‘todo riesgo’, pero tenemos que diferenciar dos opciones: seguro todo riesgo sin franquicia y seguro todo riesgo con franquicia. El primero, independientemente de lo que ocurra, mi coche estará cubierto por la póliza a todo riesgo. pero la segunda establece que nosotros nos haremos cargo de una parte de la cuantía de las posibles reparaciones. Dependiendo de la aseguradora, puede ser un seguro a todo riesgo con franquicia de 100, 200, 300 o incluso hasta 600 euros. Ésto quiere decir, que nos haremos cargo ‘de los primeros x euros’ del coste de las reparaciones. Por ejemplo, si tenemos un seguro a todo riesgo con franquicia de 300 euros y la reparación cuesta 1.000, la aseguradora pagará 700 euros y nosotros, 300 euros. Si por ejemplo, la reparación cuesta 150 euros, nosotros nos haremos cargo del coste de la reparación al completo al no sobrepasar esos 300 euros que marca la póliza. Hay que tener en cuenta, que el coste de la póliza del seguro va ligado directamente al tipo de coche, a la potencia, al equipamiento y a los años de carnet del propietario. En algunos casos, también afecta el lugar de residencia y donde se aparca el coche, si en la calle o en un garaje. Hay otras aseguradoras que tienen en cuenta incluso los kilómetros que se recorren al año.
  • Impuestos. El siguiente gasto que hay detrás de un coche son los impuestos. Cada municipio establece un impuesto de circulación en función de la potencia y es normal que entre diferentes municipios haya importantes diferencias, aunque la potencia de mi coche es el principal factor. Cuanto más potente, más caro el impuesto de circulación hay que pagar.
  • Mantenimiento. Un coche requiere un mantenimiento periódico que se realiza en función de los kilómetros recorridos o anualmente. Dependiendo de la marca o el taller, incluso dependiendo del tipo de coche en algunos casos, el coste de la revisión de mi coche puede ser elevado. Los motores muy potentes requieren aceites específicos más caros y mano de obra especializada, las piezas de recambio y desgaste también suelen ser más caras dependiendo del tipo de coche y los intervalos de mantenimiento también se pueden llegar a reducir según el coche. En cuanto al tipo de taller encontramos que los servicios oficiales son más caros que los típicos ‘talleres de barrio’. Ésto es debido a que los empleados suelen estar en continua formación y son los que mejor conocen los modelos de cada marca en cuestión.
  • Aparcar en la calle o en un garaje. Dependiendo de donde aparquemos el coche nos puede costar cierta cantidad de dinero o directamente, ninguna. Las plazas de garaje alquiladas suelen ser una opción que mucha gente elige para guardar el coche, aunque si vives en una urbanización con garaje comunitario (por ejemplo) o tiene tu propio garaje comprado el coste suele ser mínimo pero está grabado por un impuesto municipal debido al acceso de la calle al mismo. Otro de los gatos que hay detrás de un coche puede ser la O.R.A., las plazas de estacionamiento regulado.

Hay más cosas, es evidente, como pueden ser las multas que nos pongan, las reparaciones fuera de mantenimiento cuyo coste dependerá de los daños y de las partes a reparar y por supuesto, no podemos olvidar del gasto de combustible pues dependiendo del motor, del uso y de la cantidad de kilómetros que hagamos, puede ser uno de los gastos más importantes de un coche.